Hay sucesos que nos marcan de por vida, de nosotros
depende sufrirlos o tomarlos como lecciones que nos ayuden a crecer.
El 14 de septiembre de 1988, el huracán Gilberto
que por la velocidad de sus vientos aproximada a los 270 km por hora se
consideró categoría 5, se dirigió sobre la península de Yucatán. Cancún era el
punto donde tocaría tierra. Pese a la incertidumbre sobre el cambio de rumbo
del ciclón el área de Protección Civil de la ciudad ordenó la evacuación de 10
mil turistas hospedados en la zona hotelera alrededor de las 4 de la tarde. Por
la noche llegó en plenitud el huracán y durante ocho horas, “Gilberto” golpeó
con toda su fuerza, dejando cerca de 5 mil personas damnificadas.
Gilberto nos enseñó que, respecto a la vegetación, lo
autóctono es mejor que lo exótico. Un estudio realizado después del paso del
huracán, reveló que en su mayor parte los árboles derribados eran de especies
exóticas –o sea, no nativas de la región-, en cambio fue mucho menor el
porcentaje de árboles de especies autóctonas que cayeron a causa del viento.
La sabia naturaleza, como resultado de un largo
proceso de adaptación y selección hace a los árboles nativos con raíces
adecuadas para soportar el empuje del viento.
Otra de las lecciones que dejó Gilberto fue la
solidaridad, que ya es una característica de la población mexicana, esto ha
sido demostrado en la creación de organizaciones como la Asociación Gilberto
(precisamente el nombre del devastador huracán) y empresas como Xbaal
(significa mujer en lengua maya) que nació
para dar empleo a personas en su mayoría mujeres de escasos recursos, las
cuales son capacitadas por la Asociación
Gilberto de Cancun .A.C.
Dicha asociación cuenta con 6 programas de asistencia
como son: el hogar de la mujer, donde se apoya a chicas de bajos recursos
embarazadas y que son rechazadas en su casa, una guardería, una ludoteca, un bazar y los
talleres de corte y confección donde se capacita a las personas permanentemente
para maquiladores, los cuales puedes trabajar con Xbaal o para otras marcas,
este trabajo lo realizan en su casa, y con el crédito que la Asociación Gilberto Cancún les otorga, y el cual pagan
semanalmente con lo que entregan de maquila.
El centro Famigil, en el cual se dan clases de pintura
Textil, clases de baile regional y salsa, tejido a gancho y clases de guitarra.
Ahora son aproximadamente 25 maquiladores externos
que cuentan con un mini taller en sus
casas, y de esta forma ayudan al gasto
familiar.
Las prendas son
fabricadas en yute 100% algodón, Xbaal
cuenta con varias líneas en prendas para toda la familia.
Esto demuestra una vez más que la participación social
con solidaridad es la clave de la armonía para una comunidad afectada como en
este caso por el huracán Gilberto en 1988.
Gracias por ayudarlos y mostrar al mundo que en México
permanece el amor a pesar de las dificultades.
Hasta nuestro próximo encuentro!!!
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